domingo, 21 de octubre de 2007

Locuras de Amor


Locuras de Amor



Dicen que una persona enamorada es peor que un asno. Digan lo que les digan, el amor les ciega y les hace ver a su pupilo como si fuera la última “coca cola” del desierto. Te vuelves medio tonto, las manos te sudan, no haces más que dibujar corazones y corazones en la hoja del cuaderno. Quieres gritar a todo pulmón lo que sientes, pero aún no tienes valor. Mientras tanto, aquí en el planeta Tierra, la maestra explica en la pizarra el teorema de Pitágoras y tú no recuerdas ni cómo sumar con los dedos. En este momento tus pensamientos no fluyen y tu mirada está fija en la chica de tus sueños. ¡aaah, es el amor! Ya te ha pasado que te enamoras de alguien, de repente esa persona se convierte en el eje de tu gravedad y de un momento a otro ¡no te imaginas sin ella! Y peor aún, estás intentando conquistarla y te toca hacer “cualquier cosa”, ...ojo... “cualquier cosa” para que se fije en tí. Aquí algunos ejemplos:


BUSCANDO A LA NOVIA :


Un día un chico que se hace llamar Seusman no soportó la falta que le hacía la novia. Ella de vez en cuando se iba a la casa donde viven sus familiares, en San Rafael del Norte. Nuestro personaje, no tenía la menor idea de dónde está ubicada esta ciudad en el mapa, pero eso no fue ningún impedimento y decidió tomar las llaves del carro de su papá y manejó hasta que creyó haber arribado al lugar. En realidad había tomado la carretera equivocada. Entre ir y venir, manejó unas cinco horas. Pero, como preguntando se llega a San Rafael... por fin dio con la casa de su chica, quien se sorprendió cuando lo vio de pie en la puerta.


¡NECESITO ESCUCHAR TU VOZ! :

Hay otros casos como el de Rafael Salas y su novia Grethel Meléndez. Esta pareja de chicos, cada vez que salen y se pasan de tragos, les entra una ansiedad de escuchar sus voces y entonces, cualquiera de los dos llama al otro. No importa la hora que sea ni el lugar donde estén. “Lo que pasa es que no puedo dejar de pensar en él. Una vez salí con mis amigos. Me acordé de él, me hacía mucha falta y entonces lo llamé... eran las tres de la mañana y no me tranquilicé hasta que hablé con él”, recuerda Grethel.


GRITANDO COMO LOCO QUE LA QUIERE:

“Rosa” nunca se imaginó que su amigo australiano realmente estuviera tan enamorado de ella como él solía decirle hasta que un día escuchó que un hombre gritaba como loco en la calle, ¡Rosa te quiero, te amo, quiero ser tu novio, acéptame! Ella corrió a la puerta y se encontró con su “amigo” que había llegado desde Nueva York, (ahí vive), sólo para declararle su amor. Sorprendida y llena de alegría le dijo que sí. Lástima que ya el cuento de Hadas se terminó. Ahora ella sigue viviendo en Managua y él se fue a Austria.


NO PUEDO DEJAR DE PENSAR EN TI:

Un día la novia se enojó con Rodolfo y lo cortó. El pobre, esa noche no logró conciliar el sueño. Cansado de dar vueltas en la cama, se levantó, se vistió y muy a las dos de la mañana se fue a casa de su novia para pedirle perdón. Ella, claro, medio somnolienta le dijo que no había problema. Rodolfo recuperó la felicidad y decidió ir a jugar al casino. Ganó mil soles y se regresó donde la novia para compartir el premio con la dueña de su sueño. Rodolfo regresó muy temprano a su casa, a las cuatro de la mañana. Caramba, en dos cortas horas se reconcilió con la novia y ganó dinero. ¡Qué suerte, verdad!


“PRINCESA, TE AMO”:

SAMUEL En el primer aniversario de novios, Samuel Zepeda quiso darle a su chica un regalo original. Pensó en todas las posibilidades que tenía y el presupuesto con el que contaba, entonces, decidió darle un obsequio un poco público. Pintó una manta con la frase: “Princesa, gracias por haberme dado el mejor año de mi vida. Te amo, Samuel”, y la colgó en la mera entrada del colegio. A la mañana siguiente, su novia Martha Sánchez la vio y quedó sorprendida. Samuel quería darle algo simbólico, que le gustara. Algo que le quedara en el recuerdo para siempre y lo logró. Ese día, todo mundo le preguntaba a la chica, ¿qué sentiste, qué le dijiste?. Qué recibió a cambio el chico, pues las gracias, un abrazo y un beso, nada más.


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